A las afueras y en la parte alta de la ciudad se extiende El Taoro, una gran zona verde de esparcimiento y pulmón natural de Puerto de la Cruz.
Asentado sobre un promontorio desde el que se puede ver toda la localidad y la costa norte de Tenerife, se trata de un lugar de obligada visita, especialmente para los amantes del deporte y la naturaleza, en el que se puede pasear, hacer ejercicio, tomar algo en algunos de sus bares o restaurantes, o simplemente encontrar un rato de tranquilidad para leer.
Cuenta -en sus cerca de cien mil metros cuadrados- con tres áreas principales: la Atalaya, los jardines del Taoro, y el Camino de la Sortija.
Cómo llegar
Al Taoro se accede por la carretera de salida del Puerto, junto al Belair, el edificio más alto de la ciudad. Esta vía se bifurca hacia la Carretera General del Botánico (TF-312) (este o izquierda) o su prolongación hacia zona de Las Arenas (oeste o derecha) (mirando en sentido sur, opuesto al mar). Si vas andando, debes subir unas escaleras empedradas que tienen su inicio al cruzar el paso de peatones, una vez que se toma la Carretera hacia el este. Si vas en coche, tienes que dirigirte hacia el oeste y entrar por la puerta norte del Taoro, a pocos metros a la izquierda.
Los jardines de la Atalaya y del Taoro
En el primer tramo y conforme se va ascendiendo, se encuentran los jardines de la Atalaya, una sucesión de terrazas escalonadas e intrincados caminos entre fuentes, cascadas, murales de cerámica sobre temas canarios y abundante vegetación. En lo más alto y entre palmeras se asoma como un balcón sobre la ciudad -y con el Atlántico de fondo- el mirador Dulce Mª Loynaz, llamado así en honor a la poetisa cubana hija adoptiva de Puerto de la Cruz.
Un poco más atrás y en dirección sur se ubica el edificio del antiguo Hotel Taoro, donde llegó a alojarse Agatha Christie, la entrañable escritora y dramaturga británica especializada en novela policiaca. Posteriormente fue la sede del Casino de Puerto de la Cruz (actualmente en la Avenida de Colón). Los alrededores cuentan con jardines y estanques, además de un Centro de Congresos, en el que suelen celebrarse jornadas de conferencias, reuniones, etc.
El Camino de la Sortija
Más hacia el sur y con preciosas vistas hacia el Valle de La Orotava, se halla el Camino de la Sortija, llamado así porque antiguamente albergaba a una colonia británica que celebraba en este sitio carreras de sortija a caballo.
Al oeste y entre tierras volcánicas se enclava la Iglesia Anglicana: un bonito edificio histórico de estilo neogótico y piedra basáltica, típico de Gran Bretaña.
En las inmediaciones de la Sortija se extiende un amplio terreno ajardinado con una serie de senderos que invitan a pasear, contemplar el paisaje y, de paso, a respirar aire puro. Supone además un emplazamiento ideal para practicar deporte al aire libre: caminar entre árboles y palmeras, correr, montar en bici, así como hacer ejercicios de musculación en una zona dotada de aparatos para ello.
El parque del Taoro es sin duda un lugar mágico e inolvidable que nadie que visite Puerto de la Cruz debería perderse.
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